¡Ha llegado el otoño! Es hermoso ver y sentir los cambios que ocurren ante nosotros: nos ofrece una explosión de colores que nos invita a amar los ciclos de la naturaleza del paisaje y la propia, la de nuestra familia, la de nuestro ser.
Es la vuelta a la calma luego de la jovialidad del verano…La calma para direccionar y encaminar nuestros sueños, nuestra visión para celebrar la vida.
Es el reinicio, la introspección para potenciar nuestra fuerza interna… vivir el momento.
Lanzamos al viento lo que ya no necesitaremos, lo llenamos de colores cálidos… y las hojas serán entonces abono para nuevos ciclos.
Es tiempo también de la cosecha, no sólo de aquella que nos ofrece la madre tierra sino también de nuestros cultivos como seres humanos: Abrir los ojos y la conciencia a lo que tenemos y hemos construido; abrir los brazos a nuestros seres queridos y abrazar lo que somos sin reservas: ¡atrapar la vida!
Los abrazos nos preparan para el invierno, nos fortalecen; las hojas de los árboles nos recuerdan lo profundo de los cambios y la fuerza de nuestras raíces. Los colores y la calidez que emanan son una verdadera invitación para encontrarnos y conectar con las emociones que nos mueven. Es una invitación a mostrarnos desde la autenticidad de nuestro ser, validando sin complejos lo que realmente somos.
Así, defendiendo la espontaneidad y conectando con la esencia de cada persona, es como me gusta vivir la experiencia fotográfica. Acompañando con el otoño que tiene una luz natural fantástica, tonos oro, cobre, tierra, naranja que llenan de brillo lo que somos.
Todos los secretos del tiempo están en la naturaleza. Atrápala, vívela a plenitud, porque todo va siendo y va cambiando ante nuestros ojos.
¿Te gustaría atrapar tu instante mágico con mis fotos? ¡Contáctame!
¿Y cómo vives tu el otoño?