¡Vacaciones de verano!

Unos rayos de sol iluminan juguetones la espuma del mar. La brisa del verano nos hace sonreír, es cálida y nos anima a tomar las calles, las aceras, los columpios, la montaña, a sentarnos a la sombra y vivir al aire libre. El verano nos reta en lo creativo, trae consigo el fuego del ingenio y la imaginación, ¿qué hacer en las vacaciones?, no hacen falta grandes viajes para pasarla de lujo, tan sólo un día de burbujas y espuma puede ser la felicidad, un paseo a la montaña, un picnick a la sombra con juegos de agua… ¿Qué otras ideas se te ocurren? ¿Y si en la agenda de planes hacemos fotografía? ¿Enseñamos a nuestros peques a observar con detenimiento el mundo que les rodea?  Capturar este momento compartido, divertido y en familia, que nos recuerda la fuerza de nuestra propia luz. ¡La frescura de sentirnos nosotros mismos y serlo! Podemos dibujarlo, fotografiarlo, representarlo, volverlo poesía y canción. Familia… Cada familia es un cosmos con sus propios soles internos. En el corazón de cada familia brilla su propio sol y cambian sus propias lunas. Es bonito tomarnos el tiempo para disfrutar del resplandor propio, de la alegría del tiempo de verano, su cálida desnudez, sus rayos dorados en la naturaleza y en los cabellos. No era consciente de esta alegría natural hasta que empecé a vivir en un país con estaciones definidas. De donde vengo todo el año es Verano! Y eso se siente en todos los aspectos de la cultura y en las formas de ser. Ha sido maravilloso ver cómo ese sol tan nuestro se sostiene en casa a pesar de los cambios climáticos y cómo la naturaleza y la luz muda ante nuestros ojos como nuestros propios ciclos internos. Fiesta en verano La llegada del Verano es una celebración, una invitación a ser, a salir, a refrescar las relaciones y los pensamientos. A recargar energías para nuevos ciclos, nuevos proyectos. ¡A brillar! Hagamos de este tiempo un álbum memorable. Llenemos de soles la memoria de la infancia, que el verano sea siempre algarabía y celebración, que sea risas y ricas sensaciones. Un oleaje que nos afiance como familia, una caminata juntos, un momento de encuentro, una foto en la repisa que nos recuerde nuestro verdadero Sol.

Otoño para jugar

¿Quieres unas fotos creativas este otoño? Pues no lo dudes… ¡éste es un un otoño para jugar! Las hojas caen y todo cambia de color y textura a nuestro paso. El otoño nos abraza con su brisa que despeina los cabellos, hace bailar las bufandas y pañuelos, y los pies crujen a cada paso en una alfombra de hojas que invita a nuestros peques a ¡Jugar! … maravilloso verbo “jugar”, esa fuerza lúdica de la vida que vamos perdiendo con los años junto a nuestra capacidad de sorprendernos y descubrir el mundo. ¿Pero y si la recuperamos?, ¿y si nos conectamos con la energía de nuestros hijos y decidimos jugar? Imagina cuánta hermosura puede caber en una tarde compartida y divertida!  Entre las hojas y los rayos del sol, entre el mundo que cambia y nosotros con él! El otoño es una excelente oportunidad para divertirnos, andar en bici, amontonar hojas en sus gamas de rojos, armar caminos de palitos y flores secas, brincar en el parque, coleccionar hojas de diversos tamaños, escuchar el crujir de la naturaleza, y divertirnos en familia! Invitar a los abuelos a una caminata en el parque junto a los peques puede ser también una hermosa imagen de otoño, con todo lo que simboliza y representa en su paso por la vida. El otoño está cargado de una magia única, irrepetible, pues es el renacer de la naturaleza. ¿Imaginas atrapar toda esa magia? ¡Sí se puede! La fotografía nos permite hacerlo y nuestra buena energía también! ¡Entonces hay que animarse y vivir este regalo maravilloso que nos da la naturaleza! Entra en el juego y regálate a ti y a tu familia una divertida y creativa sesión de fotos, llena de luz… y no de cualquier luz… sino de la más hermosa: la luz de otoño! ¡Atrapa la Vida!

Y tú…¿Tienes una verdadera fotografía en familia?

Piensa en los momentos más divertidos, placenteros o de verdadero contacto con la experiencia de ser padres. Piensa en las risas espontáneas, en una fotografía en familia cuando les haces cosquillas a tus hijos, cuando juegas al escondido, cuando en medio de una actividad, les sorprende algo inesperado. Seguramente habrás notado que estas situaciones no son las que se dan en un estudio fotográfico, ni mucho menos intentando paralizarnos frente a una cámara en una rígida sesión de fotografía de familia. Prepararnos para una foto, atender  al aviso del disparo del obturador, al click de la cámara, ya nos predispone y no hay manera de que surja una fotografía espontánea. Atrapar la vida en una fotografía, es dejar que la actividad fluya de manera espontánea, es interferir lo menos posible en la actividad que realizan las familias que quieren guardar un recuerdo de lo que realmente son. Se trata entonces de crear un momento, de dar rienda suelta a una situación espontánea  y no de forzar una situación para la foto. Ahora, pregúntate  ¿cuántas fotografías tienes en las que aparezcan todos los miembros de la familia y en la que se refleje un momento grato, juguetón, divertido o espontáneo de verdad? Cuando cocinamos con nuestros hijos en casa, cuando nos hacemos cosquillas, una guerra de almohadas, el instante en que descubres el escondite de tu hijo… Ese instante vale oro, porque nuestras expresiones de alegría, sorpresa, emoción son auténticas. Pues yo descubrí un día, en el que me enfrenté a una inesperada situación de salud, que tenía muy pocas, por no decir, ninguna fotografía que sirviese para reflejar lo que he sido como madre,  lo que mis hijas han sido para mí, lo que hemos vivido todos como núcleo familiar. En ese momento eché en falta tener más fotografías que reflejaran nuestros verdaderos afectos. En mis fotos, casi siempre tomadas por mi marido o por mi, no quedaba un registro de  fotografía de familia de cuando reíamos padres e hijas en una cama elástica, de cuando compartíamos la emoción de saltar una ola en el mar, de cuando manejábamos bici, cocinábamos juntos, una guerra de almohadas o las tantas veces que coloreamos juntos. Es decir, todos estos momentos casi cotidianos que podrían convertirse en una bella y auténtica fotografía espontánea. Lo cierto es que al menos para mi, resultaban ser éstos los momentos más valiosos de vivir -los casi cotidianos, los de todos los días- y decidí empezar a fotografiarlos. Ya no quería voltear a la cámara y sonreír, quería que la cámara captara nuestras expresiones de afecto más espontáneas y nuestra auténtica relación en medio de cualquier actividad.  En fin… Sólo cuando descubrimos lo rápido que pasan los buenos y auténticos instantes, tomamos consciencia de lo valiosos que son. Y tu…¿ tienes buenas fotos de estos momentos, con toda tu familia en acción? ¡Crea tu momento y atrápalo en una foto ahora mismo! Atrapa la vida Fotografía. Nuestra mirada Atrapa la vida se enfoca en el momento y no en posar para el recuerdo. Es atrapar la autenticidad de cada miembro de la familia mientras vive  un momento de plenitud en una situación cotidiana en casa, una salida al parque o un paseo en un lugar especial. Es fotografiar a las familia en situaciones espontáneas para exponer los verdaderos afectos y lazos familiares.